18/05/2021.- "No puedo hablar de algo sin decir lo que pienso". Así de categórico se mostraba Nielson Sánchez-Stewart, en una charla con el Departamento de Comunicación, minutos antes de dar comienzo a la conferencia, organizada por el Centro de Estudios, para analizar el nuevo Estatuto General de la Abogacía, que entrará en vigor el próximo 1 de julio. 

Y cumplió lo dicho: el experto en Deontología se mostró bastante crítico con algunos aspectos del texto, empezando por no entender por qué se tardaron 8 años en elaborarlo y tres meses más en publicarlo. Sánchez-Stewart fue parte integrante de la redacción de dicho Estatuto y se reconoce haber sido la "nota discordante" en todo el proceso.

Asume, no obstante, las bondades del nuevo texto, como que consigue recopilar y ordenar normas antes bastante dispersas o que contiene epígrafes que simplifican la búsqueda. En cuanto al uso del lenguaje inclusivo, admite el intento, pero lo considera fallido. 

Mientras otras voces le adjudican al Estatuto la incorporación de novedades, como cuando se dice que por primera vez se regula el secreto profesional, se muestra taxativo: "Es mentira, ya estaba contenido en el Código Deontológico".

Sin embargo, con lo que sí está satisfecho es con la autoría del cuadro de infracciones que contiene el nuevo texto, algo que no venía regulado en el anterior o que más bien se contemplaba "de forma vaga".

Por todo ello, a la pregunta que se le hacía al inicio de la conversación sobre si cumple el nuevo Estatuto General de la Abogacía sus expectativas, Nielson Sánchez-Stewart, afirmó rotundo que no, algo que volvió a demostrar en las dos horas de conferencia que impartió, repasando los pormenores del nuevo texto. "Pido disculpas por haber sido muy crítico, pero creo que se nota que ha tenido un embarazo demasiado largo y que no tiene cosas auténticamente novedosas". "Esto es lo que hay y, si no te gusta, no puedo decirte, como Groucho Marx, que tengo otro Estatuto", concluyó.