12/04/2024.- El salón de actos de la sede del ICA Oviedo se quedó pequeño esta mañana para albergar a todas las personas que quisieron acompañar a nuestro compañero Modesto Néstor González Sanz en el acto de imposición de la Medalla al Mérito Colegial, como reconocimiento a su labor de colaboración desinteresada durante varias décadas con esta institución.

El presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Adrián Barbón, fue la autoridad más destacada en acudir al acto, y lo hizo por sorpresa para el homenajeado, pues en todo momento se le ocultó su presencia.

Además del presidente, y en primera fila del patio de butacas, no quisieron perderse el evento el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Jesús María Chamorro, la fiscal superior, María Esther Fernández, el secretario de Gobierno del TSJA, Miguel Ángel Balbín, el secretario coordinador del TSJA, José Ramón García Amorín, la concejala en el Ayuntamiento de Oviedo Concepción Méndez Suárez, la decana del Ilustre Colegio de los Procuradores de Oviedo, Encarnación Losa Pérez-Curiel, la decana del Ilustre Colegio Notarial de Asturias, María Isabel Valdés Solís-Cecchini, el decano del ICA Gijón, Benigno Villarejo, o los anteriores decanos Pedro Hontañón y Luis Albo. Tras ellos, miembros de anteriores juntas de gobierno, compañeros, amigos, familiares, directivos de medios de comunicación en los que Néstor plasmó sus dibujos,... no quedó un asiento libre.

El acto estuvo presidido por el decano, Antonio González-Busto, quien en primer lugar, cedió la palabra al secretario, Pedro Paulino Sánchez, para dar lectura al acta del acuerdo de la Junta de Gobierno por el que se le concedía a Modesto González dicho reconocimiento.

A continuación, el compañero Fernando Castro fue el encargado de glosar su figura y, sobre todo, los sobrados méritos por los que Modesto Néstor González Sanz era merecedor de la Medalla al Mérito Colegial, destacando de él no solo las cualidades objetivas y objetivables, como su destacada labor como responsable de protocolo durante más de veinte años o su genialidad a la hora de felicitar las Navidades durante tres quinquenios dibujando la tarjeta del colegio, sino sus cualidades más humanas, las de la honestidad y el compañerismo: "es un dibujante y abogado que ha dedicado su tiempo y su esfuerzo a transmitir a los demás los principios formales y, en consecuencia, éticos y morales, que han de presidir en todo momento las actuaciones de nuestro colegio".

El presidente del Principado y el decano fueron los encargados de imponerle a Modesto la distinción. Acto seguido, el presidente se acercó al atril para alabar el talento como dibujante de Modesto Néstor, pero sobre todo, su trayectoria vital: "la mejor huella que una persona puede dejar al resto de los mortales es precisamente eso, que te recuerden como un hombre honesto, Modesto Néstor, y que, por tanto, también digan de ti que eres una buena persona".

Con una hoja arrugada y dos sencillas líneas manuscritas, Modesto Néstor se dirigió a los presentes haciendo gala de su característica combinación de inteligencia, ironía y humor, en un discurso de veintitrés minutos solo interrumpidos en una ocasión por los aplausos del público ante la emoción del homenajeado: "me emocioné, pero también quedaba feo no hacerlo". El resto, muchas risas y mensajes para todos los decanos con los que tuvo ocasión de trabajar, compañeros, trabajadores del colegio que le ayudaron en su labor al frente del protocolo, y para su glosador, Fernando Castro: "es uno de mis enemigos preferidos, por eso le pedí que hablase sobre mi vida. Fuiste algo suave, no me insultaste como lo haces otras veces, aunque lo entiendo porque tendría que insultarte yo a ti también y eso no quedaría bien". Y con un "marcho, pero no me voy" y "hasta la próxima", Modesto puso fin a su discurso.

El acto fue cerrado por el decano con un sorpresivo discurso en verso en el que alabó "tu modo irreprochable de tratar al compañero".

Tras la tradicional foto de familia ante el Jardín de los Reyes Caudillos, los invitados y el homenajeado pudieron disfrutar de un vino español, con el sol como testigo del enorme cariño que uno a uno y de forma personal le fueron transmitiendo.